En 'El jardín de los cerezos',
Lopajin recuerda constantemente la palabra mujik, que es como
Lubov Andréievna lo llamó una vez cuando él era adolescente; y que
es además la manera en que Lopajin se categoriza a sí mismo, a su
padre, y a su abuelo.
Ya durante el siglo XVII, era
común que en Rusia los terratenientes obligaran a los campesinos a
quedarse en las fincas durante casi todo el año, forzándolos a hacerlo incluso a través de la
violencia. Sin embargo, la servidumbre como tal fue reglamentada en
gran parte de las tierras rusas el año 1649; después que se dieran
varios casos en que los campesinos se escapaban de las fincas de los
aristócratas.
De modo que todos los campesinos –
o pequeños comerciantes, o artesanos – y sus descendientes,
empezaron a quedar confinados en las tierras, sujetos a la voluntad
de algún terrateniente. Que un siervo escapara era considerado un
delito grave.
Los siervos tenían derecho a
comprar su libertad pagándoles a los terratenientes, pero era poco común que algo como eso sucediera. Incluso quienes lograban hacerlo, no
dejaban de padecer un grave estigma social, del cual Rusia tardó
décadas en recuperarse.
La servidumbre fue abolida en
1861, eliminándose los derechos que tenían los terratenientes sobre
los siervos. Aún así, ésta medida no mejoró la condición de
vida de los campesinos; quienes sin ninguna otra alternativa,
debieron quedarse igual en las fincas con sus terratenientes.
A partir de ese mismo año, 1861,
a los siervos se los empezó a llamar mujik (hombre).
Esta palabra, sin embargo, hacía
referencia a campesinos que no poseían tierras, que eran pobres e
ignorantes. También se le atribuía un significado más oscuro, como
perverso o embustero.
Los
campesinos fueron conocidos como mujik
hasta 1917. En la actualidad, el término mujik
se utiliza en Rusia durante conversaciones informales para referirse
a otra persona, ya sea un amigo, o un conocido.
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